martes, 19 de marzo de 2013

Una serie de catastróficas desdichas

Una vez me dijo un amigo que los accidentes de avión siempre ocurren por pares. Desde entonces me fijo y muchas veces es así.

Hoy he aprovechado la tarde de calma meteorológica entre el cierzo y la lluvia, he cargado baterías mientras comía y después del trabajo he salido con el big nasty, con intención de practicar un poco el torque roll, que a veces ya me sale.

He puesto la primera batería un poco atrasada respecto de la posición habitual, era una batería de las grandes, de 2,2 Ah.

Se ha levantado un vientecillo que ya traía las nubes cargadas de lluvia desde el horizonte.

A la segunda vuelta con el avión, después de un looping, a unos seis metros de altura, he visto caer del avión un objeto que no podía ser otra cosa que la batería.

El avión, con el centro de gravedad totalmente descolocado sin batería ha empezado a caer de cualquier manera. He tenido un primer instinto de intentar nivelarlo con profundidad, pero cuando me he dado cuenta de la tontería he dejado caer los brazos y he esperado a ver cómo tocaba suelo en barrena algo aplanada.

Las hierbas altas, resultado de todas estas lluvias, el poco peso del big nasty sin batería y esa caída desgarbada por tener el centro de gravedad retrasadísimo sin la batería, han hecho que salga indemne solo con una pala de la hélice partida.

Optimista que es uno, había salido de casa sin repuestos ni herramientas así que he tenido que volver a casa a cambiar la hélice. Cuando he vuelto al descampado había arreciado el viento y las nubes estaban bastante más cerca.

Antes de terminar de gastar la misma batería, en un giro a favor del viento he perdido toda respuesta a los alerones, los he recuperado súbitamente se me ha dado la vuelta y cómo no, estaba lejos y volando bajo... Cuando he llegado hasta el matojo donde había caído, el servo del timón de dirección estaba atascado. No se si se había roto en el accidente anterior y por eso ha caído, o se había roto en esta caída.

De nuevo, optimista que es uno, había salido de casa sin repuestos ni herramientas.

Así que me he tenido que olvidar de practicar acrobacias, he limitado al 20 % el recorrido del servo roto y he gastado el resto de baterías volando en ochos, con un viento del carajo y unas nubes que amenazaban lluvia de un momento a otro.

Por cierto, cuando he llegado a casa he "reparado" el servo. No se si a alguien se le habrá ocurrido:
Tenía un diente roto, la piñonería es de plástico. Pero resulta que no todos los dientes se usan, porque hay piñones que no dan una vuelta completa, y éste era el caso. Así que he colocado el piñón de manera que el diente roto no se usa, he cerrado el servo y se lo he vuelto a colocar al Big Nasty en el timón de dirección. Supongo que es el servo que más sufre por el patín de cola, pero ya ha durado un par de años de bastante uso. A ver cuánto más tiempo de uso le saco.


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