Lo último que le he hecho es aumentarle la deflexión de los timones de profundidad y dirección, y ponerle un patín de cola dirigido por el timón, para lo que le he tenido que abisagrar de nuevo con unas láminas de fibra el timón ya que con cinta como lo tenía no aguantaba el carreteo.
Ahora el avión hace cosas que antes no podía imaginarme. Aguanta muy bien en pérdida, tirando de motor para que no pierda altura, y si tiro de profundidad a tope y quito el motor, el avión se queda plano y va perdiendo altura sin avanzar. El viernes lo aguanté así hasta el suelo y aterrizó sin daños aunque castigando un poco el tren de aterrizaje.
Acabo de regresar de gastar cinco baterías en cinco vuelos de diez minutos, con seis o siete aterrizajes perfectos, muchos intentos de harrier que no consigo aguantar cuando el avión se pone de panza, vuelos a cuchillo en los que por fin llevo el avión por donde quiero y no me limito a aguantarlo, un gustazo de tarde soleada y sin viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario