Después de bastantes días de inactividad, esta tarde me he decidido a ir a la ladera, aunque no hacía mucho viento y me daba que igual no era buen día. Sin embargo he tenido suerte, hacía el viento justo para sustentar el ala, trepando ligeramente con paciencia, y además había unas térmicas bastante majas aquí y allá, que permitían ganar altura fácilmente.
He plantado la silla plegable al borde de la ladera, y ha sido un auténtico gustazo durante una hora y media hasta que me he tenido que ir. Incluso he grabado un vídeo con la mano izquierda mientras dirigía con la derecha, y no ha quedado nada mal.
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